28.9.05

24._ Mensaje

Antes advertimos cómo en la naturaleza hay una capacidad creativa cuya finalidad es Dios, y la atribuimos al "espíritu de Dios". Ahora vemos en los profetas, y ungidos, la presencia de una nueva capacidad creativa, que viene de Dios para llevar a cabo una nueva creación, y que reconocemos como una nueva, y mayor, manifestación de ese espíritu de Dios; una nueva inmanencia, no simplemente sobrepuesta, y menos contradictoria, con la anterior, sino confluyendo y reforzándose ambas en dos aspectos --¿"Eros" y "Ágape"?-- de un mismo fin: la Creación y la Redención.

El Espíritu no actuó directamente sobre los acontecimientos históricos. No actuó como una causa eficiente externa que interviene milagrosamente en el proceso histórico. Actuó solamente en la intimidad de los pensamientos de los profetas, y ungidos, respetando incluso aquí su libertad personal, en su visión e interpretación de los hechos históricos "normales".
Por un lado, los profetas y ungidos recibían la influencia --no determinante, ni coercitiva, ni coaccionante, pero sí vehemente, insistente y exigente-- del Espíritu; pero por otro, eran personas de su época, de su mundo; el resultado tenía que ser forzosamente una mezcla en la que el mensaje divino quedaba envuelto en palabras y obras humanas, a menudo "demasiado" humanas. Pero, en medio de tanto "ruido", fue preservado y transmitido el mensaje, fue construyéndose ese ambiente histórico propicio, para que en un hombre se realizara la completa encarnación de Dios; viviendo en ese pueblo así preparado, reconociendo y proclamando el mensaje en toda su pureza, y cumpliendo en sí y por sí el proyecto amoroso de salvación.
____________________________________________________________________________________

Salmo

Bendice a Dios, alma mía, y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice a Dios, alma mía, no te olvides de sus beneficios.
Él perdona todas tus culpas y cura todas tus dolencias;
él rescata tu vida de la fosa y te colma de amor y de ternura.
Dios es clemente y compasivo, paciente y lleno de amor;
no nos trata como merecen nuestros pecados,
ni nos paga de acuerdo con nuestras culpas.
Como lejano está el oriente del poniente,
así aleja de nosotros nuestros crímenes.
Como un padre siente ternura por sus hijos,
así siente Dios ternura por quienes le veneran.

(Sal 103, extracto)
Profecía
Te ruego, hijo, que mires al cielo y a la tierra
y, al ver todo lo que hay en ellos,
sepas que a partir de la nada lo hizo Dios
y así también al género humano.

No temas a este verdugo, antes bien
muéstrate digno de tus hermanos,
acepta la muerte,
para que con ellos vuelva yo a encontrarte
en el tiempo de la misericordia.

(II Macabeos 7.28-29)
blog-anterior----------------------------------------------índice--------------------------------------------------blog-siguiente